Encuadernando un microherbario

En febrero de 2012 una estimada amiga que estudió biología me encargó un proyecto muy especial, necesitaba presentar un microherbario y pensó que podía hacerlo en forma de libro. La tarea no era sencilla y me encargó el proyecto de diseñar y encuadernar las muestras que ella ya había secado y montado en unas especie de cajitas-carpetas con la descripción de la planta y la muestra. Acá les comparto las fotos del proyecto.

Las cajas-folder eran tamaño carta y apiladas se veían así, lo primero que hice fue hacerle unas tapas que fueron encuadernadas usando fibra de palma de coco para darle un toque más natural.

Como calculábamos que el tamaño final del libro sería grueso agregamos unos cordeles de yute para poder cerrar el libro cuando estuviera finalizado.

Posteriormente hubo que sustituir los tornillos de las prensas por varilla roscada ya que el grosor del libro era superior a cualquier tornillo disponible.

Dimos varias capas de pegamento al lomo y pegamos un refuerzo de tela para dar flexibilidad y soporte a las cajitas.

Una vez consolidado el cuerpo del libro sacamos la medida del lomo. Dejamos secando el libro-herbario y continuamos con las tapas.

Decidimos que el lomo y las esquinas del libro fueran de keratol para dar resistencia ya que la fibra de coco se desgastaría muy rápidamente. También usamos pesos para impedir que el cartón se pandeara por la humedad del pegamento.

Finalmente encuadernamos todo como un libro normal. La portada del microherbario fue decorada haciendo una ventana con algunas muestras de las plantas que no fueron usadas para las cajitas.

Una vez listo todo tomamos varias fotografías del trabajo final, con todos los detalles. Las cajitas contenían de un lado una descripción en Español y en Nahñú (Otomí) ya que son plantas medicinales de ese pueblo y del otro lado la muestra de la planta, tallo, hojas y flores. El resultado final fue este